En Fisioterapia Herrera contamos con la última tecnología en aparatos y equipamiento para el tratamiento de todas las lesiones. Estos dispositivos hacen que los tratamientos sean menos invasivos y el tiempo de recuperación del paciente se reduzca considerablemente. Entre los dispositivos más utilizados están los Ultrasonidos, TENS, Terapia Combinada, Corrientes Analgésicas, Electroestimulación, Magnetoterapia, Láser, Infrarrojos, Ecógrafo, EPTE, etc Para cualquier consulta sobre los sistemas de tratamiento no dude en ponerse en contacto con nosotros.
ECÓGRAFO
La ecografía es una herramienta muy útil en la valoración de partes blandas (tendon, músculo, bursa, ligamento, tejido celular subcutáneo, visceras, nervios periféricos, vasos sanguíneos…) y cortical ósea con la ventaja de que es más barato y rápido que otras pruebas de imagen tales como la resonancia magnética y que pueden valorarse los tejidos a tiempo real, lo que nos permite realizar inspecciones dinámicas.
LÁMPARA INFRARROJO
La técnica de aplicación de Infrarrojos (I.R.A.), normalmente se practica con lámparas que emiten en un amplio espectro electromagnético, pero que su mayor potencia se centra en los infrarrojos de tipo A, es decir, próximos al rojo visible. Luego, cuando nos refiramos a la aplicación de infrarrojos estándar (no en metodología láser) debemos concretar en los de tipo A o térmicos. El sistema de dosificación sufre grandes imperfecciones por causa del empirismo empleado en los tratamientos. El método habitual se basa en situar al paciente bajo la lámpara a una distancia en la que siente calor agradable (no sofocante ni quemante) durante unos 10 – 15 – 20 minutos (según preferencias del fisioterapeuta). Esto sin entrar en más consideraciones.Pero hay quien sí se plantea ciertos detalles o limitaciones para dar por finalizada la sesión, tales como: que el paciente se sienta incómodo, cuando inicia la sudoración, o que la percepción térmica se convierta en sofocante.
ULTRASONIDO
Uno de los equipos utilizados durante el tratamiento de fisioterapia es el ultrasonido. ¿Para qué sirve? es la pregunta que frecuentemente hacen los pacientes que asisten a nuestro centro a recibir tratamiento fisioterapéutico. La motivación de la interrogante es que durante su aplicación no se percibe ningún efecto físico que informe que el equipo esta haciendo “algo”. A diferencia de la aplicación del calor y frío que reportan sensaciones inmediatas, el ultrasonido no transmite estos cambios, por lo menos de manera apreciable por el paciente. Aquí es relevante el conocimiento profesional de uso y aplicación. Muy distante de ser un placebo, el ultrasonido tiene usos y efectos comprobados.El ultrasonido es un equipo que transfiere ondas mecánicas de mayor frecuencia que las del sonido, a través de un medio físico (gel), que permite que pueda propagarse y transmitir energía (calor profundo) gracias a la vibración que producen dichas ondas. Con la vibración, se produce un movimiento celular que mejora la cicatrización, así como también, un aumento de la temperatura en la zona en donde fue aplicado. En la profundidad de los tejidos existen escasos o casi nulos receptores de calor, motivo por el cual el cambio de temperatura producido por el ultrasonido no es percibido por el paciente.
EPI
La Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI®) es una técnica de fisioterapia invasiva que consiste en laaplicación ecoguiada de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura que produce un proceso inflamatorio de carácter local permitiendo la fagocitosis y la reparación del tejido blando afectado (tendón, ligamento, músculo, etc.). La corriente eléctrica galvánica y el propio estímulo mecánico de la aguja constituyen agentes físicos propios del campo terapéutico de la fisioterapia. Con la EPI® se tratan tendinopatías crónicas (pubalgias, tendinopatía del tendón de Aquiles, tendinitis del tendón del supraespinoso,…), y un número importante de lesiones del sistema neuromusculoesquelético, como son:
- Tendinopatías crónicas (tendinitis-tendinosis rotuliana, aquilea, isquiotibiales, pubalgias, epicondilitis, supraespinoso-manguito rotador).
- Fascitis plantares.
- Roturas musculares agudas y crónicas (fibrosis).
- Puntos Gatillos Miofasciales.
- Esguince de ligamento lateral interno de rodilla.
- Esguince crónico de tobillo.
- Periostitis tibial.
- Síndrome del túnel del carpo.
- Síndrome del túnel del tarso.
- Impingement de tobillo.
- Impingement de cadera.
RUEDA DE HOMBROS Y ESCALERA DE DEDOS
Rueda de hombro– Se usa para trabajar el hombro, aunque indirectamente trabajan también codo y muñeca. Se coloca fijo a la pared mediante un soporte móvil que permite regularla en altura para adaptarse a las dimensiones del paciente. Tiene una manecilla para poder adaptarla al rango de movilidad del paciente, y un sistema de fricción para poner mayor o menor resistencia.
Escalera de dedos– Se usa primordialmente para aumentar la amplitud de movimientos en el hombro, sobre todo pidiendo la flexión de miembro superior con el codo en extensión y después llevando a cabo la abducción. Han de realizarse pocas repeticiones pues es un ejercicio muy útil para aumentar la movilidad del hombro, pero excesivamente fatigoso desde el punto de vista muscular
POLEAS DE PARED
Colocadas también sobre la pared sobre un bastidor de acero, se le adaptarán pesas para realizar ejercicios de miembros superiores preferentemente. La poleoterapia es el tratamiento fisioterápico por medio de unas máquinas simples que son las poleas. Las poleas son maquinas simples constituidas por una rueda provista de un eje que le permite girar libremente y con una llanta de forma apropiada para que pueda arrastrar o ser arrastrada por una correa, cuerda o cadena. Las poleas permiten cambiar la dirección de una fuerza sin variar su magnitud o permiten movilizar un miembro afecto cuando este no tiene la fuerza suficiente para ejecutar un movimiento. Se basa por el empleo de métodos de reeducación activa o pasiva con circuitos constituidos por poleas, que en este caso se utilizan para modificar la orientación de la fuerza exterior aplicada, contra la que debe oponerse un determinado grupo muscular.
MAGNETOTERAPIA
La Magnetoterapia es una terapia física cada vez más utilizada en fisioterapia, al principio se utilizaba casi en exclusiva como un tratamiento para favorecer la regeneración del tejido óseo, pasados los años se han comprobado los poderosos efectos de regeneración que tiene la Magnetoterapia debido a los cambios fisiológicos que provoca en el organismo humano. En el momento presente los fisioterapeutas utilizamos ampliamente los campos magnéticos de baja frecuencia y alta intensidad ya que nos ofrecen un arsenal terapéutico útil en múltiples patologías del sistema nervioso, circulatorio, aparato locomotor e incluso en patologías de la piel, sus efectos regeneradores unido a su alta tasa de penetración en el cuerpo humano hacen del magnetismo terapéutico un tratamiento de elección que además de ser fácil de aplicar nos ayude eficazmente frente a procesos inflamatorios y múltiples patologías que cursan con dolor local.
CINTA DE ANDAR O CORRER
Para personas que están realizando un proceso de rehabilitación y necesitan un entrenamiento más personalizado y seguro,está pensada para uso terapéutico ya que dispone de una seria de características que la hacen perfecta para este tratamiento,está equipada con pasamanos de apoyo ergonómico especialmente para personas de movilidad limitada,además utiliza un Sistema de amortiguación progresivo.
TENS
El uso de TENS de trenes de impulso (de baja frecuencia y amplitud elevada o TENS de acupuntura), permite estimular el sistema nervioso central hasta la liberación de opiatos endógenos, consiguiendo la analgesia. Puede utilizarse tanto para el tratamiento de dolores crónicos como agudos, su eficacia se explica debido a que las fibras nerviosas que conducen el dolor lo hacen hasta llegar a una sección de la médula espinal, hay diversos tipos de éstas fibras nerviosas, unas de conducción más rápida y otras más lentas, si conseguimos estimular eléctricamente un gran número de fibras rápidas podemos establecer una especie de «sobrecarga del sistema» e impedir la percepción del dolor. Aunque el bloqueo del dolor no llegue a ser total una disminución importante es percibida como una liberación.